8 de octubre de 2007

Una excusa barata

Sucre fue la primera capital del país tras la independencia de 1825 y se supone que sigue siendo la capital oficial de la República de Bolivia. Pero los poderes Ejecutivo y Lesgilativo hace décadas que se trasladaron a La Paz, y tal vez por eso la mayoría de mapas políticos no reconocen la capitalidad a la ciudad de Sucre.

Hoy, aprovechando la esperanza de cambios a raíz de la Asamblea Constituyente (el mecanismo participativo y democrático constituído con el fin de reformar totalmente la Constitución boliviana, promovido por el MAS, el Moviento al Socialismo, y dirigido por Evo Morales) Sucre ha levantado una lucha encarnizada por la recuperación de los dos poderes perdidos. La intransigencia con la que sus gentes exigen la capitalidad plena hace más ridícula su lucha, tratándose de una ciudad declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO donde es prácticamente imposible que el Ayuntamiento de la ciudad dé permiso para mover una sola piedra, que no cuenta con espacio para edificar los edificios que requeriría el traslado de los poderes Ejecutivo y Lesgilativo a la ciudad y un aeropuerto que debe cerrarse los días de lluvia, es decir, 3 meses al año.

Oriol y yo tuvimos la oportunidad de charlar con un grupo de estudiantes universitarios colándonos en la fiesta de su facultad. Entre litros y litros de chicha* pudimos apreciar la comida de tarro a la que habían sido sometidos los chicos, que no paraban de repetir como autómatas la necesidad de reestablecer la capitalidad plena de Sucre y superar así la deshonra que supone para la ciudad no albergar los 3 poderes y ser por fin reconocida como verdadera capital. Tras otros tantos litros de chicha, que tiene pocos grados de alcohol pero no es agua, el primer argumento dejaba paso a otros menos románticos y más prácticos, como el de querer beneficiarse de las mismas ventajas que tiene la ciudad de La Paz. Léase ser el repartidor oficial de los presupuestos del estado (se sabe que el que parte y reparte se lleva la mejor parte); aumentar la ocupación laboral en la ciudad a través de la contratación de cientos de nuevos funcionarios que requeriría la llegada de dos nuevos poderes; el bombo y platillo que tiene una ciudad al ser capital de un estado, etc. ¡Vaya! argumentos nada solidarios que sólo responden a la envidia de un departamento y no a la mejora de las condiciones y la vida del país, como dicen. Su sesgada visión de la realidad les impide ver las enormes cifras de formados funcionarios desocupados que dejaría en La Paz ese cambio de sede que reclaman o la incapacidad espacial de su propia ciudad para albergar las deseadas funciones.

El tema de la capitalidad, un tema tan inconsistente y poco fundamental, teniendo en cuenta los problemas estructurales que tiene Bolivia, se ha convertido hoy en día en el hueso atragantando de la Constituyente, y por extensión del Gobierno de Evo Morales. La Asamblea Constituyente lleva parada desde hace meses debido al desacuerdo entre asambleístas sobre este tema.

Una sólo entiende tanto surrealismo si observa quiénes son los que verdaderamente están detrás de esa disputa y cuál es el motor real de esa pugna sin sentido. A las oligarquías del país no les interesa que se lleve a cabo ningún cambio e intentan por todos los medios paralizar las inicitiativas del gobierno de Evo, como es la Constituyente. Si ésta llegase a lograr resultados positivos para la mayoría, la continuación de Morales en el gobierno sería prácticamente una realidad, algo que va en contra de los intereses de las oligarquías. En Bolivia hay mucha gente que no está dispuesta a renunciar a sus privilegios heredados, hay mucha gente que no está dispuesta a permitir la equidad entre los distintos pueblos que ocupan Bolivia.

El tema de la capitalidad plena para Sucre no es más que una excusa barata para cargarse el sistema participativo que debería asegurar los derechos de todos los bolivianos y no sólo los de unos cuantos.

*Chicha: Bebida alcohólica derivada de la fermentación del maíz principalmente, pero también de frutas como la manzana y la uva. Originalmente, se obtenía al masticar y escupir los granos de maíz de la mazorca recién cosechada en un recipiente de greda cocida; las enzimas presentes en la saliva transformaban el almidón del maíz en azúcar que luego se fermentaba por acción de las bacterias. Una vez lleno el recipiente, éste se cerraba herméticamente y era puesto a reposar a la sombra por algunas semanas. Una vez fermentada la chicha se colaba y envasaba para su posterior consumo. El proceso de producción original aún se sigue practicando y la chicha obtenida de este modo suele ser llamada taqui. El consumo de esta bebida es anterior a la llegada de los españoles, anterior incluso al surgimiento del Imperio Inca. (Definición extraída de Wikipedia).